BODY FADES WORDS ARE FOREVER

La palabra sometida

Si aceptamos el principio derrideano de que el lenguaje es una cosa viva y la escritura es la parte muerta del lenguaje, debemos reconocer que, en su inscripción, las palabras pueden asumir otra clase de vitalidad, por su contundencia, y porque reconocemos que las palabras mutan, hieren, sufren, gozan, se definen y desdefinen como cosas y afectos en el mundo. A fin de cuentas, a lo largo de una cadena perpetua de vestimentas e interpelaciones, la palabra es atravesada por la respiración, la respiración circula por un cuerp_ que habla e inscribe, el cuerp_ es por lo tanto el territorio que somete a la palabra. La coloca en la punta de la lengua. La imprime insistentemente, busca definiciones y sentidos, la yuxtapone, la subvierte, la repite hasta que su sentido fluye, como sonoridad escurridiza, por las cámaras de eco de la realidad.

En esta serie de piezas que transitan alrededor de la palabra escrita y hablada, Gael Isaías no busca producir sentidos abiertos: nos muestra el resultado de su viaje por la constelación de palabras que le producen un sentido a su existencia, palabras con las que vive, goza, respira, danza, canta y fragmenta, para mostrarnos la pulpa viscosa del lenguaje, a través de varios procedimientos de materialización: por medio de la poesía visual, la poesía sonora, la fotografía intervenida en clave performática, en un ejercicio que nos permite entender que antes de la palabra está el cuerp_, y desde ese sitio de la epidermis y sus variadas sensaciones y sensibilidades, nos coloca en un espacio liminal, ahí donde el texto y su visualidad, la palabra y su condición erótica, se unen como manifiesto de una vida en estado perpetuo de emoción.

- Alejandro Espinoza Galindo